Editor’s note: This article is also published in English on Glasstire. Find that here.
Traducción de Yolanda Fauvet y Paulina H. Marroquín.
Nota del editor: Este artículo se publicó originalmente en inglés en Glasstire el 20 de mayo del 2022.
Los dibujos quijotescos de Joseph E. Yoakum son representaciones de un mundo conocido pero alegremente ficticio. Si no lo conoces, Yoakum fue un artista autodidacta que nació veintiséis años después de la guerra civil estadounidense. Empezó a hacer dibujos fantásticos de lugares alrededor del mundo a la avanzada edad de setenta y uno. Inspirado por un sueño, puso manos a la obra e hizo casi dos mil dibujos antes de su muerte un año después. Sus dibujos, emergentes del deseo por viajar a todas partes, fueron concebidos casi como postales turísticas; sobre cada uno de ellos está garabateado con letra tambaleante el nombre del sitio.
Como muchos artistas que no tuvieron una formación tradicional, Yoakum tiende a esquivar los métodos convencionales de representación empleando una técnica personalizada rebosante de composiciones excéntricas y elecciones refrescantemente directas de materiales. Casi todas las obras están hechas con bolígrafos, lápices de color y pasteles. Su arte, que se enfoca principalmente en representar la tierra, evoca las masas terrestres y las formaciones rocosas de las pinturas medievales europeas parecidas a maquetas. También se encuentra una fascinante técnica de dibujo con rayas acompañada de una perspectiva desequilibrada en casi todas sus ilustraciones. Cuando se habla de un artista sin educación formal, como Yoakum, su obra es muy a menudo rechazada con un aire de superioridad por ser inconsciente, en términos de las convenciones de la técnica occidental (como si fuera ese el único valor en el arte). Al mismo tiempo, su falta de formación artística es con frecuencia reconocida como un atributo importante del candoroso encanto infantil que tiene su arte, lo que puede parecer vagamente trivializador.
Como entenderán aquellas personas que hacen arte, la pericia en la técnica es sólo un camino hacia una obra de arte. El ingenio, las colisiones fortuitas y una personalidad visionaria son otros indicadores, a menudo más poderosos, del gran arte. En vez de sobrevalorar el conocimiento técnico de un artista, simplemente deberíamos aceptar la obra por lo que es; en el caso de Yoakum, su arte es vigorizante por su habilidad de redefinir la forma en que el paisaje puede ser representado.
Recomiendo ver los ochenta sorprendentes dibujos que están expuestos en el Menil Drawing Institute. Aunque todos valen la pena, yo gravité hacia los dibujos en los que Yoakum rebosa de una confianza e ingenuidad sin frenos. En Wahoo Valley near Holdenville Oklahoma [El valle Wahoo cerca de Holdenville Oklahoma], por ejemplo, Yoakum juega con una variedad de perspectivas pictóricas. Se ve un cambio claro en la escala de los árboles grandes en primer plano que se achican en la distancia, acentuando el desdoblamiento de un espacio desvaneciente. Desde el horizonte, un suntuoso rojo rosado se esfuma en un azul pálido que asciende a la parte superior de la página, lo que sugiere un atardecer o un amanecer visualmente acertado. Pero la manera en que dibuja las otras formaciones de tierra está libre de los modos tradicionales de representación. Se aplanan de manera curiosa sobre la imagen como la cáscara pelada de una fruta. Estos momentos de masas terrestres fluyentes, construidas con una línea tras otra, convergen para cobrar vida como patrones con su propio significado pictórico al mismo tiempo que se entienden como descripciones de la gradación topográfica. En esencia, Yoakum permite que la repetición complique nuestra experiencia de ver mientras tratamos de comprender un mundo abstracto y representativo a la vez. Aún más inusual es la esquina superior derecha del dibujo, donde la colina está incrustada con un panorama de un frondoso valle verde, haciendo eco del campo de árboles en el centro del dibujo. Es como si fuera una biosfera en miniatura dentro de un paisaje más grande, y como tal se siente como un mundo paralelo secreto.
Dado que Yoakum no viajó a todas las áreas que retrató, hay una sensación general de añoranza esperanzada presente en la obra, o quizás de fantasía visionaria de abundancia casi bíblica. Lo que en el fondo enfatiza su trabajo a través del uso de un imaginario amorfo surrealista es el arte como un dibujo de la mente. Sus proyecciones mentales del mundo recalcan la creatividad pura del artista mientras construye imágenes románticas nacidas de su imaginación desbordante y esa curiosa afirmación de que son simplemente “lo que vi”.
What I Saw [Lo que vi] permanecerá en el Menil Drawing Institute, Houston, del 22 de abril hasta el 7 de agosto del 2022.